El fracaso de los cultivos geneticamente modificados

Los cultivos genéticamente modificados tienen plagas a los pocos años.

Desde 1996 se han cultivado más de 400 millones de hectareas (mil millones de acres) de cultivos genéticamente modificados (básicamente maiz y algodón). Cuando éstos salieron al mercado, se pensó erroneamente que serían la solución definitiva a las plagas que disminuyen la productividad de los campos. Hoy, 17 años después, la realidad es bien distinta.

La modificación genética mayoritaria es la producción de la proteina de Bacillus thuringiensis (Bt)que tiene efectos insecticidas, y que no tiene ningún efecto en el ser humano. Pocos años después de comenzarse a producir plantas modificadas, las hipótesis de que iban a aparecer insectos resistentes a esta proteina se hicieron realidad. El concepto evolutivo era claro, en una gran población de insectos siempre habrá algunos que sean resistentes a la Bt, y si mueren todos los individuos menos los resistentes, es cuestión de probabilidad de que se encuentren dos mutantes se apareen y dejen descendencia inmune a esta sustancia que hace de insecticida. En definitiva, el ser humano no hace mas que acelerar la evolución facilitando que se disperse muy rápidamente una mutación que es dañina al ser humano.

La solución teórica era cultivar pequeñas áreas de cultivo sin modificar de modo, que siempre hubiese una población pequeña y estable del insecto. De este modo, los mutantes adaptados tendrían dificultades para aparearse con otros individuos adaptados.

Estados Unidos e India son los dos paises donde más superficie existe de cultivos modificados para la producción de Bt; si bien, en Estados Unidos, ha aparecido la resistencia esperada transcurridos 15 años, en India aparecieron a los tres años de cultivo. ¿Por qué?.. Sencillo, en la India, no se cumple la norma de implantar superficies que alberguen colonias naturales del insecto plaga, y claro, allí aparecen poblaciones adaptadas rápidamente.
Un reciente estudio de la Universidad de Arizona, extiende estas reflexiones e incide en la importancia de regular estrictamente protocolos de actuación para este tipo de cultivos para evitar que en pocas generaciones aparezcan insectos que puedan mermar nuestras cosechas. Y la solución que dan las industrias fitosanitarias de poner dos genes que produzcan dos sustancias insecticidas evitando la aparición de insectos adaptados, podría no ser la mejor forma de afrontar el problema..

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fotografia: www.agenciadenoticias.unal.edu.co