martes, 2 de abril de 2013

Las plagas se adaptan a los cultivos modificados geneticamente



Los cultivos modificados genéticamente fueron creados con una idea básica: la planta produciría por si misma una toxina que resultaría letal para el insecto que normalmente se convierte en plaga para el vegetal. El insecto llega la planta, la toxina lo mata, y nunca se alcanzan poblaciones que perjudiquen al rendimiento de la cosecha.
Desde el punto de vista del impacto ambiental y humano, tiene puntos positivos ya que se reducen enormemente las aplicaciones de plaguicidas sobre los cultivos y se contaminan menos los acuiferos.
Otra cuestión es, hasta que punto introducir genes extraños a unos vegetales de consumo humano pueden tener incidencia en las personas que lo consumen, o hasta que punto queremos crear vegetales creados en el laboratorio proliferando por la tierra.

Hoy en día el maiz y el algodón ya se cultivan en grandes extensiones (sobre todo en áfrica) y producen una toxina de una bacteria el Bacillus thuringiensis (Bt, para abreviar) que resulta mortal para los insectos que intentan alimentarse de la planta. La Universidad de Arizona (EEUU) acaba de publicar un estudio donde se refleja, que la situación se ha vuelto más complicada de lo esperado.
Los insectos -como se esperaba- han desarrollado rápidamente resistencia a las toxinas de Bt, y la solución que dan las empresas productoras de las semillas modificadas no parece la más adecuada. La solución ideada es "la estrategia en pirámide", esto es, se hace que el vegetal produzca más de una toxina que sea mortal para el insecto. Si el insecto no muere con una toxina, morirá con la otra.., pensaban..
Estudios con simulaciones informáticas y con pruebas de campo, han demostrado que esta estrategia lejos de ser eficaz, lo único que consigue es que los insectos que se han hecho resistentes a una toxina, están mejor adaptados y facilmente se adaptan a la otra toxina también..
En definitiva, los cultivos modificados geneticamente para incrementar cosechas y reducir el consumo de plaguicidas, lejos de ser una panacea, pueden acabar produciendo "superplagas" de insectos adaptados, que en cultivos naturales/normales serían devastadores..
La discusión está encima de la mesa.

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Fotografía: inforural.com.mx

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